VISIÓN DIURNA Y NOCTURNA

El iris y su orificio central (la pupila) como el diafragma de una cámara fotográfica, regula la cantidad de luz que entra al ojo contrayéndose (estrechándose) o dilatándose (agrandándose). Ante una luz brillante la pupila se achica, mientras que en la oscuridad se agranda para que entre más luz al ojo. Esta acción pupilar esta íntimamente relacionada con los receptores fotosensibles del ojo, es decir los conos y los bastones de la retin

Los conos se hallan principalmente en la fávea central, depresión situada en el centro de la mácula lútea y son las células responsables de la visión central aguda. Los conos funcionan mejor en la luz diurna con una pupila pequeña. Los trastornos de esa zona pueden causar mala visión pero no ceguera. Las personas con este tipo de afección ven peor de día cuando tienen las pupilas contraídas, y ven mejor de noche cuando tienen las pupilas dilatadas o bien desviando un poco la mirada del objeto que quieren ver.

Los bastoncillos están situados principalmente en la periferia de la retina y funcionan mejor cuando hay poca luz y la pupila esta muy dilatada. De ellos depende la visión nocturna y también la visión de alrededor del punto al que se mira (visión periférica) Los trastornos de los bastoncillos pueden causar ceguera nocturna, dificultad para mirar en sitios oscuros o reducción de la visión periférica. El dolor ocular momentáneo que se experimenta al pasar bruscamente al pasar de la oscuridad a una luz intensa es debido a la constricción brusca de las pupilas dilatadas. 

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